
Entrevista al Dr. John Clunes: Hacia una fertilización nitrogenada más eficiente y sostenible
Por Lorenzo Palma Morales
La fertilización del suelo es un pilar fundamental para la productividad agrícola, pero su manejo inadecuado puede tener efectos negativos en la sostenibilidad de los agroecosistemas. En esta entrevista, el Dr. John Clunes, académico del Instituto de Ingeniería Agraria y Suelos de la Facultad de Ciencias Agrarias y Alimentarias de la Universidad Austral de Chile (UACh) y socio de la Sociedad Chilena del Suelo (SChCS), nos explica los alcances de su investigación y cómo un enfoque innovador en la aplicación de nitrógeno puede optimizar la eficiencia de los cultivos y reducir el impacto ambiental de la agricultura. Recientemente, obtuvo la adjudicación de un proyecto Fondecyt Regular 2025, lo que le permitirá profundizar en esta línea de estudio y aportar al desarrollo de prácticas agrícolas más sostenibles.
— Dr. Clunes, ¿cuál es la problemática que aborda su investigación y por qué es relevante en el contexto actual?
El estudio se centra en la fertilidad del suelo, un proceso dinámico que involucra aspectos físicos, químicos y biológicos para garantizar un suministro adecuado de nutrientes a las plantas. Sin embargo, en la práctica agrícola tradicional, la aplicación de fertilizantes nitrogenados se realiza bajo parámetros estandarizados sin considerar la interacción de estos procesos en el suelo. Esto genera desajustes entre la oferta de nutrientes y la demanda del cultivo, lo que se traduce en una menor absorción de nitrógeno (N), bajos rendimientos y contaminación del entorno.
Nuestra investigación busca comprender estos desajustes y plantear estrategias para mejorar la sincronización entre la disponibilidad de N en el suelo y la demanda de las plantas. De esta manera, podemos minimizar pérdidas y optimizar la fertilización de manera sostenible.
— ¿En qué se diferencia este enfoque de los métodos tradicionales de aplicación de nitrógeno en el suelo?
A diferencia de los enfoques convencionales, que aplican fertilizantes en cantidades fijas, nuestro estudio considera que el suelo es un sistema dinámico de almacenamiento de nutrientes. Esto implica que su capacidad para liberar y retener N varía en función de sus propiedades físicas y biológicas.
En este sentido, el ajuste de la fertilización debe contemplar la estructura del suelo y su funcionalidad, lo que requiere evaluar la sincronía entre la liberación de N y la absorción por las raíces, así como su correcta distribución en la zona radicular. Al implementar este enfoque, buscamos mejorar la fertilidad del suelo y su sostenibilidad a largo plazo.
— ¿Cómo podría este estudio contribuir a la reducción del impacto ambiental de los fertilizantes y al mejoramiento de la fertilidad del suelo?
Nuestra principal contribución es avanzar hacia una reducción progresiva del uso de fertilizantes nitrogenados, algo crucial para mitigar la contaminación de los agroecosistemas. Actualmente, muchas prácticas agrícolas han sido aplicadas sin modificaciones durante más de 50 años, lo que ha generado efectos adversos no visibles en el corto plazo, pero que comprometen la sostenibilidad del suelo a futuro.
Para lograrlo, es esencial transferir este conocimiento a agricultores y técnicos, fomentando un manejo eficiente de los recursos y promoviendo prácticas que mantengan la fertilidad y salud del suelo para las futuras generaciones.
— ¿Cuáles son las principales técnicas y herramientas utilizadas en este estudio para analizar la función del sistema de poros en la dinámica del nitrógeno?
El proyecto incorpora ensayos de campo en praderas y cultivos con fertilizantes nitrogenados marcados para evaluar la dinámica del N en distintos escenarios. Utilizamos sensores de campo para medir el contenido de agua del suelo y copas de succión instaladas a tres profundidades (20, 40 y 60 cm) para analizar la concentración de nitrato.
Además, recolectamos muestras de biomasa aérea y radicular durante la temporada de crecimiento y analizamos propiedades químicas y biológicas del suelo. Para el procesamiento de datos, aplicamos análisis espectral de wavelets, lo que nos permite correlacionar el contenido de N disponible con la dinámica del agua en el suelo a lo largo del tiempo.
— ¿Cómo pueden los resultados de este estudio ser implementados por agricultores y productores en el corto y largo plazo?
El conocimiento generado permitirá ajustar las dosis de fertilización de N según la capacidad del suelo para almacenar y liberar este nutriente de manera eficiente. A nivel práctico, esto se traduce en un manejo más racional de los fertilizantes, optimizando su uso sin afectar la productividad de los cultivos.
En el mediano plazo, esperamos transferir estos resultados a la comunidad agrícola mediante capacitaciones y difusión de nuestras conclusiones. A finales del tercer año del proyecto, presentaremos los primeros resultados validados, lo que permitirá avanzar hacia su implementación en terreno.
— ¿Cuáles son los principales desafíos que enfrenta este proyecto y qué avances esperan lograr en los próximos años?
El mayor desafío es la variabilidad climática en los ensayos de campo, lo que introduce factores incontrolables que no se presentan en estudios de laboratorio. Sin embargo, este trabajo en condiciones reales es crucial para generar conocimiento aplicable directamente a los agroecosistemas.
A futuro, buscamos demostrar que es posible reducir el uso de fertilizantes nitrogenados mediante un manejo basado en las propiedades hidráulicas del suelo, asegurando un uso eficiente de los recursos sin comprometer la productividad agrícola.
— Finalmente, ¿qué significa para usted haber obtenido este proyecto Fondecyt?
Es un logro fundamental en mi carrera, ya que me permite continuar investigando la fertilidad de los suelos volcánicos y contribuir a la eficiencia en el uso de recursos en la agricultura. Estoy convencido de que este trabajo ayudará a mejorar la sostenibilidad del suelo y a sentar las bases para un manejo más responsable de los agroecosistemas en Chile.