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Día Internacional para la Protección de la Naturaleza

Día Internacional para la Protección de la Naturaleza

Suelo y flora nativa: el vínculo silencioso que sostiene la naturaleza

La protección de la naturaleza comienza en un lugar que rara vez observamos: el suelo, que está bajo cada bosque, matorral o pradera, existe un universo vivo que sostiene la vida, regula el ciclo del agua y resguarda una biodiversidad invisible pero esencial para nuestra existencia. En Chile, esta red subterránea es el cimiento de la diversidad biológica y paisajística que caracteriza nuestro territorio.

El suelo es mucho más que el soporte físico donde crecen las plantas. Es un ecosistema dinámico, donde minerales, raíces, microorganismos y materia orgánica interactúan de manera continua e integral. Su formación requiere siglos, pero su degradación puede producirse en poco tiempo si no se maneja adecuadamente. Cuando un suelo se erosiona, se compacta o pierde su estructura, se empobrece la base que sustenta la naturaleza entera. Por eso, proteger el suelo equivale a proteger los ecosistemas que dependen de él.

Por otro lado, flora nativa cumple un papel esencial en esta protección. Las especies adaptadas a las condiciones locales, como el quillay, el boldo, el peumo o el litre en la zona central, el chañar, el algarrobo y el tamarugo en el norte, o el ñirre y el coigüe en el sur, mantienen una relación íntima con el suelo que las sostiene. Sus raíces profundas mejoran la estructura del terreno, previenen la erosión y promueven la infiltración del agua. Además, sus hojas y restos vegetales se transforman en materia orgánica, alimentando a los microorganismos que mantienen la fertilidad y estabilidad del suelo.

Este equilibrio, que ha perdurado por miles de años, se ve amenazado cuando la cobertura vegetal nativa es reemplazada por especies exóticas o por usos intensivos del suelo. La pérdida de vegetación natural reduce la capacidad del terreno para retener agua, aumenta la erosión y disminuye la biodiversidad subterránea. Con ello, los ecosistemas pierden su capacidad de autorregenerarse y protegerse frente a la degradación constante.

Es por esta razón, que la protección de la naturaleza, en este sentido, requiere una mirada integral. No basta con conservar los paisajes visibles; es necesario resguardar también los procesos invisibles que los hacen posibles. La restauración ecológica con especies nativas, el manejo sustentable de cuencas y la recuperación de suelos degradados son estrategias que devuelven funcionalidad a los ecosistemas y promueven la regeneración natural, promueven nuestra existencia.

Los proyectos de revegetación que consideran las características del suelo, como su textura, profundidad, infiltración, estructura y contenido de materia orgánica, tienen mayores probabilidades de éxito. Comprender las particularidades edáficas de cada sitio permite elegir especies nativas compatibles y restablecer interacciones ecológicas duraderas. En este proceso, el conocimiento técnico y científico se convierte en una herramienta clave para orientar las decisiones y garantizar resultados sostenibles para nuestro planeta.

Pero la protección de la naturaleza no depende únicamente de la ciencia. Requiere también de una conciencia colectiva que reconozca el valor del suelo como patrimonio común. La educación ambiental, la gestión territorial participativa y el respeto por la vegetación nativa son pilares para construir una cultura que entienda la tierra no como un recurso a explotar, sino como un sistema vivo que nos sostiene.

Cuidar el suelo es cuidar la base de la vida. Es preservar los paisajes que nos identifican, los ecosistemas que nos proveen de agua, alimento y estabilidad, y las especies que forman parte de nuestra memoria natural.
La verdadera protección de la naturaleza comienza en ese vínculo silencioso entre el suelo y la flora, una relación que nos recuerda que toda vida se nutre desde abajo, en esa delgada capa que conecta la materia con la existencia.

Ángela Francisca Faúndez Cáceres

Lic. Ing. Agr. M.Sc. Ph.D.

Centro de Información de Recursos Naturales CIREN, Ministerio de Agricultura

Especialista en suelos